Una pequeña reflexión para este martes. #reflexiondiaria
Que este dÃa te sea pleno de parabienes.
Saludos.
Atte.
Ing. Arturo Ochoa Gasca
MARTES
20ª SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO
16
San Esteban de HungrÃa, Beato Bartolomé Laurel (ml) (Verde)
PELIGRO DE LAS RIQUEZAS
Cristo comenta con sus discÃpulos el grave obstáculo que representan las riquezas para salvarse: «Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar
en el reino de Dios». No se puede servir a Dios y al dinero. ¿Por qué? Los hombres ricos ponen su confianza en las riquezas, olvidándose de Dios y, con mucha frecuencia, de sus hermanos. Con sus riquezas contribuyen a crear una sociedad desigual e injusta.
No es que Dios excluya a los ricos, sino que son éstos los que se excluyen al no compartir sus bienes con sus hermanos. En cambio, el pobre pone más fácilmente su confianza en el Señor y por eso acepta el Reino de Dios.
Los apóstoles, que ya dejaron de manera definitiva casa, posesiones, padre, madre, hermanos… y se vinieron a seguir a Jesús, le preguntan cuál será su recompensa. Ãl les promete
que recibirán el ciento por uno, esto es, la vida plena desde esta tierra y, además, la vida eterna. Quien renuncia a sus posesiones y sigue a Jesús, comienza a participar de una nueva familia y sociedad: el Reino de Dios. En él, los valores fundamentales
no son la ganancia y la acumulación de bienes, sino la fraternidad y la participación de todo lo que somos y tenemos.
La Palabra en tu vida
¿A qué está apegado nuestro corazón? Como el joven rico, ¿ponemos, nuestra confianza en las cosas materiales? Cristo, siendo Hijo de Dios,
no sólo renunció a acumular bienes temporales, sino que renunció a su propia vida para entregarla por nuestra salvación. ¡A Dios no le damos nada, hasta que le damos todo!
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